¿Nunca os ha pasado que os fijáis en parejas de personas mayores que llevan toda su vida juntos y miráis con admiración que pese a los años siguen queriéndose igual de BIEN? ¡¡¡Si!!! igual de bien, y no mucho, ni por comodidad, ni por que fueran otros tiempos, BIEN.
La inmensa mayoría de nosotros no podrá decir que lleva una vida entera con su pareja porque, y aquí podéis opinar de otra manera, vivimos a un ritmo vertiginoso y en este caso nosotros si hemos cambiado con los tiempos. Y si podéis, es que disteis en el clavo a la primera como en una novela de Nicholas Sparks.
Desde el primer amor hasta el definitivo pasamos por múltiples tipos de sentimientos a lo largo de nuestra vida. El primero como si nos fuera la vida en ello, el amor del corazón partido que nos da experiencia o varias experiencias, el amor maduro… como veis todos diferentes y para todos los gustos.
Pero hay un amor que suele sobresalir, un amor incondicional, un amor sin medias tintas, el amor de un hijo/a, ese amor que a veces desearías que no se quejase, no llorase y que comiera de todo sin rechistar.
Ya sabéis que este domingo es San Valentín, una fecha que simboliza el amor. El amor en el más amplio significado de la palabra. ¿Por qué en el más amplio sentido de la palabra?, porque cada uno lo vive de una manera diferente, parejas, amigos, niños…
Esto es lo bonito, esto es lo que debemos de celebrar a diario, queremos mucho, y BIEN.
