Estas pasadas vacaciones navideñas hemos disfrutado de la familia, del tiempo libre y de hacer las actividades que más nos gustan. Para los adultos, la rutina se para por unos días y tenemos más tiempo para descansar, disfrutar y estar con los nuestros. Esta situación es equiparable en el caso de los niños.
Los más pequeños vuelven a la rutina; las clases, los deberes, las extraescolares… Vienen de pasar unos días con la familia, con los amigos, saliendo a la calle cuando querían y se les dejaba, viendo a sus abuelos, sus primos, sus tíos, etc. Es normal que les cueste adaptarse ya que han sido muy formales estos días porque estaban en ciernes de que viniesen los Reyes Magos pero, y ahora, ¿qué?. ¿Cómo se portan tus peques después de haber estado tan formales en estas fiestas navideñas?
Muchos peques pueden experimentar síntomas de estrés y ansiedad al volver a la escuela, y pueden tener dificultad para ajustarse a la nueva rutina.
Es importante recordar que las vacaciones pueden ser un tiempo emocionante y gratificante para los niños. Pueden haber disfrutado de tiempo libre con la familia y amigos, pueden haber recibido regalos y atención especial. Pero también es necesario establecer una rutina regular antes de que comience la escuela. Esto puede incluir tiempo para hacer las tareas, jugar y relajarse. Es vital hablar con los niños sobre sus sentimientos y expectativas en el curso escolar, y ayudarles a establecer metas y objetivos realistas.
Nos gustaría recordar que los niños necesitan tiempo para procesar los cambios. Por este motivo, nos gustaría daros una serie de consejos para ir acostumbrándose poco a poco a la rutina y al fin de las vacaciones:
- Establecer una rutina de horarios. Esto puede incluir tiempo para la tarea, el juego y la relajación, así como las horas para acostarse y levantarse.
- Ayudarles a mantener la mente y el cuerpo activos, ya sea a través de la lectura, los acertijos mentales o las manualidades caseras.
- Fomentar un ambiente de apoyo en casa, asegurándose de que los niños se sientan queridos y apoyados, independientemente de sus logros académicos o extraescolares.
- Enseñarles a tener una actitud positiva y a ver el vaso medio lleno, en lugar de enfocarse en lo que ha terminado (las vacaciones) o lo que ha venido (la escuela).
- Ayudarles a desarrollar una buena gestión del tiempo, enseñándoles a planificar y priorizar sus tareas y responsabilidades.
- Fomentar la actividad física y el juego al aire libre para ayudarles a adaptarse a la rutina.
- Fomentar las amistades y los intereses, ya sea a través de actividades extraescolares o juegos con amigos.
- Recordarles que las vacaciones son especiales pero la vida sigue y que pueden continuar disfrutando de momentos especiales con su familia y amigos durante el resto del año.
En resumidas cuentas, es importante enseñarles a valorar tanto el tiempo de ocio como el tiempo lectivo. Tienen que saber que se puede disfrutar de ambas partes y que estar en la rutina no implica dejar de lado sus gustos y aficiones, así como su tiempo de ocio. Somos conscientes de que vienen semanas duras de lloros, quejas, pereza y desasosiego, pero si de algo somos conscientes es que como padres y madres llevaréis la mejor actitud para animar y motivar a vuestros pequeños en el día a día ya que, como todos sabemos, ser padre y madre no es tarea fácil.